Viernes, 14 febrero 1997
IGUESTEROS EN SANTA CRUZ
Dimas Coello
A Francisco García del Castillo.
in memoriam
El hombre, desde la creación, siempre ha deseado para la familia una mejoría social, a fin de tener esa estabilidad económica soñada. Es la aspiración de todo mortal.
Por eso, la emigración en el canario es una constante a través del tiempo. No sólo a tierras americanas, sino dentro de la Isla. Del pueblo a la capital. Así, desde Igueste de Candelaria los más ambiciosos cambian la azada por el mostrador para dedicarse al comercio.
A principios de 1900 vino a Santa Cruz, Amelia del Castillo Barrios, abriendo una casa de comidas en la plaza Weyler-Puerta Canseco, junto a la parada de las guaguas del Sur. Le siguió en el negocio su hija Ramira. Nicolás de Acoroma se estableció pegado a la iglesia de San Telmo. Miguel del Castillo fue jardinero en el Ayuntamiento capitalino y el hombre que tramitaba todo el papeleo y pasaje de la gente que se iba a Cuba, por entonces en barco de vela.
Juan del Castillo fue otro comerciante que se afincó en la calle Puerto Escondido, hoy CajaCanarias. José Coello Núñez lo hizo en el barrio Duggi. Su casa, una institución y lugar de asilo para todo iguestero que tuviera que hacer cualquier gestión en la ciudad. Los hijos: Fermín, empleado de la Casa África; María Dolores, monja dominica; Felipe, ginecólogo; María Isabel, modista; Juan, comisionista; Pepe, militar, y Manolo, agente comercial en Caracas y colaborador que fue del periódico EL DIA en la sección dedicada a Venezuela.
Francisco García tenía un “tren”, grupo o parada de coches de caballos. Era el medio de “pasaje” o transporte de la época. Estaba situado en la plaza Weyler, hoy banco BBVA. La esposa, Inés del Castillo instaló un bar actualmente dónde se ubica el bar “Retama”, entre las calles Cairasco y puente Galcerán. Uno de los hijos Francisco (Paco) fue jefe de publicidad en la firma Leoncio Rodríguez, en el periódico EL DIA.
También en Porlier nº 11 fueron a vivir Juan Núñez y esposa, Peregrina Díaz Fernández, con una venta de “aceite y vinagre”. Lo mismo hizo Juan, hermano de Peregrina. Se marchó con su mujer, Carmen Oliva Barrios, a General Antequera, por entonces una finca, para luego ir al barrio Duggi.
En la esquina del Cuartel de Infantería de la calle de El Humo se estableció Máximo Martín con una tasca. Luego tendría su domicilio en la calle Turina, de la Cruz del Señor. Los hijos: Juan y Lala.
En el barrio de El Toscal, más iguesteros se asentaron en la zona, casi en cada esquina. Así tenemos a Francisco Martín Martín, en la calle de San Isidro, esquina de San Miguel. Tuvo tres hijos. El hermano, Santiago, fue empleado de José Coello y luego se estableció por su cuenta en San Juan Bautista. Andrés Pestano León, en San Martín esquina a San Miguel, una tienda de víveres. Más Tarde, el bar “El Bosque”, en Miraflores.
Gonzalo Coello Díaz, con un comercio de ultramarinos, entre Santiago esquina San Francisco Javier. La esposa, Trinidad León Núñez. Dos hijos del matrimonio: Gonzalo y Dora. El varón, farmacéutico de Valle de Guerra. Recuerdo cuando los domingos iba con mi tío a la lucha canaria en la Plaza de Toros o el Frontón Tenerife, entre Ramón y Cajal con Galcerán. Eran puntales de la época: Camurrias, Carampín y el Faro de Maspalomas. Por entonces Angelito de La Laguna, ya retirado, presidía la mesa. También la paliza, al ir sin permiso de casa con mis primos por los andurriales de la charca de Tahodio, comandado por el “Libo” (Santiago). Era el capitán de aquella tropa improvisada, que entre juegos de pandilla nos divertíamos con pelotas de trapo o con un simple cacharro, aunque la vecina nos tirase “un balde” o cubo de agua. Llegar mojado a casa era tener fiesta con mi madre. Apostar con Petra o Juanito a los “cuescos”; brincar “a monta la chica” o “a rebenque escondido”, donde el cojo de la calle San Antonio nos daba más latigazos con la pierna inválida que con el cinto; o cuando vi una mañana a Mingo con pocos años, desnudo, con sarampión y mucha fiebre, bañándose en un charco bajo la lluvia. Era para morirse, pero no pasó nada. Hoy es un buen funcionario en una empresa local. Son vivencias que no se olvidan y con sólo memorizar viene el “chip” nostálgico de un pasado que ya nunca volverá.
Otros comerciantes que podemos citar, Juan Ramos en la calle de El Saludo. El hermano Federico, primero estuvo en La Laguna, después en Santa Cruz, en la calle San Miguel. Pasacolero. En la misma vía se estableció Víctor Torres Torres, tesorero de la comunidad “Barranco de los Mocanes”, una de las galerías más caudalosas de Igueste de Candelaria.
Domingo Núñez Coello, en Salamanca. Gran aficionado al fútbol e hincha del C.D Tenerife. Me recuerda que en Igueste no hay un árbol genealógico sino una enredadera, por la vinculación familiar o consanguinidad. Normal, en un barrio que quiere ser pueblo. Anselmo-José Coello Díaz, en Santiago nº 72. Empleado, militar y funcionario de Obras Públicas. Agustín Coello Martín, bar, en la entrada de la Refinería de Petróleos. A su fallecimiento continuó con el negocio la esposa, Trinidad Núñez Padrón. Manuel del Castillo Higueras en San Sebastián. Su hermano, José, administrador de fincas.
Ahora, a las puertas del S. XXI, los iguesteros de Candelaria siguen creciendo con nuevos y más poderosos establecimientos. Seguro que no están todos los que son, porque soy flaco en memoria, aunque sepan leer entre líneas los nombres de los que faltan en este artículo.
Valentín Padrón Cruz, en doctor Guigou; Rafael Martín, en 25 de Julio; Domingo Martín Torres, en el barrio de La Salud; Francisco, Miguel y Juan Torres Coello, en General Mola, Lope de Vega y plaza de Fátima, respectivamente. Agustín (Antonio) Sánchez Rodríguez, palmero, casado con Arcibina Alonso Morales, iguestera, el bar “Estadio”, entre Asuncionistas y Ramón y Cajal. Manuel Alonso Morales, kiosco en la avenida de Las Asuncionistas, frente al Cine Víctor.
Últimamente sigue proliferando esta unión con el pueblo, pero ya en actividades diversas. Wladimiro Coello, con su agencia desde Caracas-Tenerife. Hijo del que fuera corresponsal en Igueste de Candelaria de los diarios EL DIA (“La Prensa”), “La Tarde”, y la revista “Tenerife”, de Antonio Martí, Esteban Coello Pestano (1893/1967). La oficina de viajes la siguió regentando la esposa, Camila García. Andrés Pérez García, administrador de viviendas y fincas; profesora Laura Higuera; guardias de tráfico municipales, Pedro y Juan Higuera Martín; director y administrador de los bingos “Colombófilo”, “Baudet” y otros, Abel Marrero Coello; empleada de la ONCE, Dora Duranza Morales.
Y curiosamente, de toda esta corriente emigratoria de los últimos cincuenta años, surgen una serie de escritores y colaboradores del periódico EL DIA. Citamos, entre ellos, a Francisco García del Castillo, (empleado).
Es la historia de casi un siglo, donde mi padre, con 87 años me ha ayudado a contarla.
Nota: Transcripción de Iguesteros en Santa Cruz escrito por Dimas Coello Morales, y publicado en la sección de Sociedad, Folclore y Recuerdos Isleños del periódico EL DIA, a 14 de febrero de 1997.
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Esta publicación llegó a nosotros hace tres años por medio de Cristina Jorge Batista, como una “valiosa joya” que conservaba su abuela Carmen Batista García.
Este artículo, fue publicado hace hoy 24 años, por Don Dimas Coello, el cual escribió en colaboración con su padre, Don “Pepe” Coello Díaz. Ha sido trascrito nuevamente por el también iguestero Manuel Cuello Núñez (en colaboración con su hija Anabel Coello).
Una publicación de gran importancia, porque nos desvela un gran listado de vecinos de Igueste que se asentaron en la ciudad de Santa Cruz e información de las empresas en las que trabajaron o los negocios que estos emprendieron en la capital (principalmente tiendas de comestibles que se surtían en su gran mayoría de los productos que cultivaban sus paisanos). Información que hoy en día muchos de sus descendientes desconocen o que merecen recuperar.
Esta publicación es un ejemplo, del trabajo conjunto entre generaciones, donde Don Dimas dejó constancia escrita de la transmisión oral que su padre le compartió. Un legado histórico importantísimo para muchísimas familias cuyos antepasados emigraron de Igueste de Candelaria a la ciudad, cambiando sus oficios de campo por los de emprendedores empresarios, en unos tiempos en que la ciudad crecía a pasos agigantados y en la que hoy en día continúan viviendo sus descendientes conociendo o no parte de la información que aquí se desveló.
Muchas personas desconocen que a principios del siglo XX se inició una emigración silenciosa del campo a la ciudad, una emigración silenciosa porque fueron unos tiempos en los que todos sabemos que el objetivo migratorio estaba en América y no en la capital de la isla, Santa Cruz. Pero muchos campesinos pobres, sin tierras y sin posibilidades de poderse pagar un pasaje para América encontraban empleo en las empresas y fábricas que los emigrados retornados con dinero fueron creando en Santa Cruz y este efecto de progreso industrial atrajo a la ciudad a muchas personas de campo, con más o menos dinero , pero con un interés en progresar.
A continuación realizamos un resumen por zonas, a las cuales se ha añadido información ampliada (si alguien conoce algún dato que le gustaría fuese incluido en este cuadro resumen, tan solo debe ponerlo en nuestro conocimiento).
Plaza Weyler-Puerta Canceco: Amelia del Castillo Barrios. Mujer emprendedora, empresaria y como otras tantas otras de su época una “viuda blanca”, su marido emigró a Cuba, y fue ella la que crió y educó a sus hijos en solitario. Su establecimiento estaba junto a la parada de las guaguas del Sur, le siguió en el negocio su hija Ramira.
Magdalena del Castillo Barrios, hermana de Amelia, también tuvo una venta en Santa Cruz, se desconoce el emplazamiento, que más tarde trasladó a Igueste, a la zona de La Jiménez.
C/ Puerto Escondido: Juan del Castillo Chico, tío de las anteriores.
Iglesia de SanTelmo (hoy Bravo Murillo): Nicolás de Acoroma.
Ayuntamiento de Santa Cruz: Miguel del Castillo.
C/ Álvarez de Lugo, Barrio Duggi: José Coello Núñez, casado con la cubano arayera María “Mariquita” Higuera Mederos.
Plaza Weyler: Francisco García.
C/Cairasco esquina Galcerán : Inés del Castillo.
C/ Porlier: Juan Núñez de León y Peregrina Díaz Fernández.
C/ Gral. Antequera ( después a Barrio Duggi): Juan Díaz Hernández y Carmen Oliva Barrios.
C/ El Humo: Máximo Martín.
C/ San Isidro ( Barrio de El Toscal): Francisco Martín Martín
C/ San Juan Bautista (Barrio de El Toscal): Santiago Martín Martín
C/ San Martín esquina San Miguel (Barrio de El Toscal): Andrés Pestano León
C/ Santiago esquina San Francisco Javier: Gonzalo Coello Díaz y Trinidad León Núñez
C/ Santiago: Anselmo José “Pepe” Coello Díaz y Trinidad León Núñez
C/ El Saludo: Juan Ramos
C/ San Miguel: Federico Ramos
C/ San Miguel: Víctor Torres Torres
Barrio Salamanca: Domingo Núñez Coello
Refinería de petróleos (Cepsa): Agustín Coello Martín y Trinidad Núñez Padrón
C/ San Sebastián: Manuel del Castillo Higuera
C/ San Sebastián: José del Castillo Higuera
C/ Dr. Guigou: Valentín Padrón Cruz
C/ 25 de Julio: Rafael Martín Martín
Barrio La Salud: Domingo Martín Torres
C/General Mola (hoy Avda. de Canarias): Francisco Torres Coello
C/Lope de Vega: Miguel Torres Coello
C/ Plaza de Fátima: Juan Torres Coello
C/Asuncionistas esquina Ramón y Cajal: Arcibina Alonso Morales.
C/Asuncionistas (frente al Cine Víctor): Manuel Alonso Morales.
Rambla Pulido: Francisco Batista Martín (marido de Amelia del Castillo Barrios)
Agencia de Viajes Canarias: Wladimiro Coello y Camila García, la sede de la agencia estaba en Caracas, pero los trámites en Tenerife los hacían en la gestoría de Manuel Aguilar Baudet, que en esa época estaba en la plaza Weyler.
C/Zurbarán-Pje 1º de Álvarez: Elisio del Castillo Coello y su mujer Dora, también tuvieron una venta por los años 60.
Cruz del Señor: Manuel Coello Núñez (Manolo Cuello, el del camión) y su mujer Rogelia Núñez del Castillo.
Somosierra: Antonia Coello Núñez, casada con Blas Hernández, que fue SubJefe de la Policía Municipal de Santa Cruz.
Andrés Pérez García (administrador de viviendas y fincas), Laura Higuera (profesora), Pedro y Juan Higuera Martín (guardias de tráfico municipales), Abel Marrero Coello (director y administrador de los bingos “Colombófilo”, “Baudet” y otros), Dora Duranza Morales (empleada de la ONCE), Francisco García del Castillo (empleado de el periódico El Día).